
La Bacota es la flor del banano (Musa paradisiaca), Tomado de https://www.pngwing.com
XVIII
Nunca conocí al tío
que la república bananera me quitó
pero a veces lo veo creando ríos
en la geografía de la cara de mi abuela
XIX
La bananera se puso a jugar el escondite con los padres y
hermanos de mis amigos
¿quién cuenta con los ojos cerrados?
¿cuál es la base o salvavida?
¿se valía esconderse debajo de la tierra?
XXI. Ever Veloza
Para la RAE la “h” es muda
en el eje bananero de Urabá
hubo doble “h”
no era muda
hacía enmudecer
XXVI. Barrio Obrero Bloque 4
En mi barrio
habitado por negros
ninguno quiere ir a conocer
el continente africano
ninguno anda preocupado
por ponerse turbantes
o rezarle a Yemayá
nadie le presta importancia
a la lucha social negra
y eso de ser afro
lo aprendieron
a través de una cartilla de colegio
pero he ido a fiestas con ellos
y en medio del bullicio
y del sonido fuerte de la percusión
sus cuerpos empiezan a danzar a sus ancestros
y quieren volver al África
y quieren adornarse de telas
y rezarles a sus Orishas
y luchar
en las noches
en medio del picó
las máscaras blancas se caen
el cuerpo empieza a tener memoria
Tambó Tambó
A Juan Carlos Pinzón
Después de verle las llagas en sus manos
la sonrisa en su rostro
descubrí que es el tambor quien toca al tamborero
Tambor Alegre
Estas lágrimas que me brotan
como semillas de mangle se clavan en el tambor
y ya no hablo yo
Mateo Santero Peña. Apartadó, 1994. Lector, viajero y poeta.
De tierras promisorias vienen estos poemas con rostros, nombres, ausencias. El juego de la memoria canta la voluntad del río, su cauce retorna en verso libre, fecundo, entre las extensas parcelas de banano. Es un juego serio, hecho con manos, cuerpos, tambor y lágrimas abiertas.
Así los trabajos, los días y las noches del paraíso nombrado Urabá.
Los poemas aquí publicados hacen parte del libro Ya no siembro banano en tierras robadas al río (2020).