José Abelardo Díaz Jaramillo

El 5 de febrero de 1916 nació Daniel Santos Betancourt, el célebre cantante de agrupaciones como la Sonora Matancera y el Cuarteto Flores. Conocido en los escenarios musicales de América Latina como “El Jefe” o “El Inquieto Anacobero”, Daniel gozó de un amplio reconocimiento, especialmente desde la década de 1940, gracias a su potente voz y a su destreza para moverse en géneros musicales como el bolero y la guaracha. Sin embargo, existe un aspecto poco advertido de la vida del cantante que no fue de menor valía: su militancia en el movimiento independentista de Puerto Rico y su simpatía por algunos procesos revolucionarios de la región. Se trata de una faceta del artista que se recreó a través de la música y el activismo político, la cual merece ser resaltada, en el marco de una nueva fecha que evoca el nacimiento del cantante.
Yo quisiera una bandera
Daniel Santos nació en San Juan, en el seno de un humilde hogar. Desde muy joven se vio abocado a trabajar en diversas labores, al tiempo que se dedicaba con inusitado interés al canto, lo que le valió para ser “descubierto” y tenido en cuenta en diversas agrupaciones menores. Con el paso del tiempo, y de la mano de la portentosa voz que poseía, recaló en conjuntos de reconocida importancia. El compositor Pedro Flores, resaltan algunos biógrafos, fue decisivo en la suerte de Daniel, no solo porque le dio la oportunidad de probarse como cantante en su agrupación a comienzos de los años cuarenta, sino porque puso parte de su repertorio musical a su disposición (Despedida, Irresistible, Linda, entre muchas más). El culmen de la trayectoria musical de “El Jefe” fue su arribo, en 1948, a la más importante orquesta de la época: la Sonora Matancera.
A la par de la actividad musical, se gestó en el cantante boricua un profundo sentimiento nacionalista que se fundamentó en el reconocimiento de que su lugar de origen era una colonia de Estados Unidos, a la que se le negaba el derecho hasta de tener una bandera propia. Ese sentimiento generó en Daniel una actitud de rechazo a la presencia de la potencia del norte en los destinos de Puerto Rico, y lo convirtió en un apasionado promotor de la independencia de la isla. Postura que se fortaleció a raíz de un hecho vivido por Daniel Santos de manera directa: en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, el cantante fue alistado, como les ocurrió a muchos jóvenes nacidos en Puerto Rico, en el ejército de los EEUU, y enviado a una guerra que le era ajena.
A su regreso a Puerto Rico, Daniel Santos grabó junto a Pedro Ortiz Dávila un LP titulado “Los Patriotas”, en donde había canciones que cuestionaban la injerencia de Estados Unidos en los asuntos de la isla, y se hacían llamados a los puertorriqueños a luchar por la independencia. De las doce canciones de esa producción, seis son autoría de Daniel Santos: Soldados de la Patria, Mi Patria es mi Vida, Yankee Go Home, Protesto, Los Tres Mosqueteros, Mi Credo. En Soldados de la Patria el anhelo de la independencia de Puerto Rico es evidente:
Estas dos voces que están cantando,
por todo el mundo piden la ayuda
para su lucha por libertad,
porque esta tierra no se regala
y no se vende, ni se permuta,
jamás se presta y no se da.
La conciencia de la doblegación de Puerto Rico se expresó en Daniel Santos, como se dijo, en el activismo político. Como lo resalta su biógrafo Josean Ramos, después de la Segunda Guerra Mundial, Daniel se convirtió en seguidor del Partido Nacionalista de Puerto Rico, fundado por Pedro Albizu Campos. Desde entonces, el cantante no escondió su abierta militancia en la causa independentista, la cual continuó plasmando en sus composiciones musicales. En 1960 grabó en compañía de Mike Hernández un disco con canciones que reflejaban su postura frente a la situación de Puerto Rico. Los temas, todos de su autoría, tienen los siguientes títulos: La masacre de Ponce, Yo quisiera una bandera, Ayúdame paisano, Himno y bandera, Pobre jibarito, Viva mi bandera, Liberación, Esto es mío, De Diego, Betances y Don Pedro, Gloria incompleta, Un paso adelante y El grito de Lares.
Además de crear canciones, Daniel Santos también fue autor de varios manifiestos políticos que alimentaron el ideario de un grupo clandestino fundado por él en 1972 con el nombre de “Patriotas Puertorriqueños”. Estos documentos, descubiertos recientemente, ponen de manifiesto que Daniel Santos fue, además de artista, un individuo con ideales políticos nacionalistas que lo acompañaron hasta sus últimos días, y que en no pocas ocasiones le acarreó problemas con el FBI, el Departamento de Estado de Estados Unidos y con el Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Puerto Rico.
Dale la mano a tu hermano
El anhelo independentista de Daniel Santos lo llevó a mirar con simpatía procesos revolucionarios que ocurrían en países de la región. Esto se plasma en múltiples canciones que compuso y cantó, por ejemplo, a favor del proceso cubano, contra la ocupación de Estados Unidos de República Dominicana en 1965 y a favor del proceso panameño de Omar Torrijos. Entre las canciones más destacadas figuran Sierra Maestra (que se convirtió en una especie de himno del Movimiento 26 de Julio de Cuba), Que me pongan en la lista (grabado con la orquesta del cubano Orestes Santos en 1960) y Si Fidel es comunista, en donde se cantan cosas como las siguientes: “Si las cosas de Fidel/ son cosas de comunistas/ que me pongan en la lista/ que estoy de acuerdo con él”. A propósito del triunfo cubano de 1959, Daniel Santos escribió Levanta Borinquén, donde le recuerda a sus compatriotas que allí tienen ellos un ejemplo para imitar: “No ruegues más Borinquen con palabras/ no ruegues más tu ansiada libertad/ levanta y glorifica tu bandera/ que el mundo está cansado de esperar/ Si Cuba con valor fue a la manigua, tú puedes irte al campo y al manglar/ Olvídate del dicho de la antigua/Que nada ya se saca con hablar”.
A raíz de la invasión de Estados Unidos a República Dominicana en 1965, Daniel compuso ¡Despierta, dominicano!, canción que generó profundos sentimientos de dignidad y movilizó el deseo de justicia en pobladores de la isla ocupada y de la región:
¡Despierta dominicano!;
¡despierta, que amaneció!
Dale la mano a tu hermano para que reine la unión;
para que respeten tu bandera,
para que respeten tu Nación.
También cantó al proceso político que se abrió con la presidencia del General Omar Torrijos en Panamá en 1968. Se recuerda que el cantante boricua compuso doce canciones bajo el título de “Revolución”, grabadas con la orquesta de la Guardia Nacional de Panamá en 1969. Las canciones se titulan: La revolución, El campesino, Felicidad para todos, Su amigo el guardia, El abarrotero, El pescador, 11 de octubre, Chorrillo y marañón, El indio y la revolución, That old revolución, Inmaculado corazón y La noticia. También escribió una canción en honor al Padre Camilo Torres Restrepo, a raíz de su muerte ocurrida en 1966, y cuya letra dice: “Murió cual mueren los héroes que quieren a su patria de verdad y dan el todo por nada contra toda adversidad. Hombre de honor y coraje, roca de la lealtad, sufriendo sin inmutarse la injuria, la calumnia y la maldad”.
Como es apenas comprensible, las expresiones abiertas de nacionalismo y rechazo a la intromisión de Estados Unidos en la región, le acarrearon a Daniel Santos problemas. Se recuerda, por ejemplo, su expulsión de Costa Rica en 1960, en el marco de la VI Reunión de Consulta de los ministros de Relaciones Exteriores de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuando pretendió cantar en un acto de simpatía a la delegación cubana que se prestaba a participar en el evento. No obstante, ni este tipo de sanciones ni el sentirse espiado (como de hecho lo fue) por organismos de seguridad de Puerto Rico o Estados Unidos doblegaron al cantante boricua en su deseo de ver a la isla “del gran Gautier” convertida en una nación independiente, soberana y con una propia bandera.