Por Jhon Mario Marín Dávila
A las 9:00 de la mañana del 8 de noviembre del 2021, se reunieron frente a la secretaria de educación de Medellín decenas de personas con el propósito de que TallerArte no sea sacado del espacio que lleva habitando por décadas. TallerArte es una de las organizaciones culturales más antiguas de la comuna 6 de Medellín; llegó al territorio hace 28 años y se encuentra ubicado en la Institución educativa El Progresar; es un taller de escultura popular, que desarrolla diversas acciones artísticas desde tres pilares que son: la Comunidad, las Artes y la Paz.
Las gotas de lluvia empezaron a acariciar los cuerpos de las y los partícipes, abrazándoles y llenándoles de fuerza para seguir resistiendo; el calor se expandía con la esperanza colectiva, mientras significaban y resignificaban la memoria y la energía que les dejó el maestro Guillermo Villegas Mejía y alzaban la bandera de lucha por la defensa del taller, la dignidad y buen vivir.
Las y los integrantes de TallerArte cuentan que la rectora del colegio donde se encuentran ubicados les manifestó que para más cupos de estudiantes buscaban abrir dos aulas de clase en el espacio de TallerArte, aunque tuvieran que expulsar el taller del territorio, primando la cantidad y el modelo bancario educativo, desconociendo todo lo que hacen, sus significados, memorias: alrededor de 500 esculturas, procesos comunitarios, el accionar tan importante ante el conflicto del territorio. Ni si quiera se han dado a la tarea de ir a visitarles y escucharles.
La lluvia mantuvo su ritmo, cual refresco para continuar con la fuerza desde el arte, donde se podían ver declamaciones de poemas desde lo profundo del sentir y el pensar de quien declamaba; una acción pedagógica con la arcilla, donde a cada persona que pasaba se le explicaba qué estaba pasando y se le ofrecía un poco de arcilla para que hiciera una bola y la colocara en la escultura; también se repartían algunos papeles con la frase TALLERARTERESISTE “un propósito nos lidera: el Arte que nos libera – Yurayco”. Mientras se le comentaba a las y los transeúntes la situación que se estaba viviendo, algunas personas miraban con rareza, otras se acercaban, escuchaban y aportaban con su voz y bola de arcilla.
Las indiferencias de la rectora y de las instituciones desconocen la solidaridad, sororidad y la importancia de las memorias en los territorios y que las esculturas no son estáticas, tienen unas memorias, emociones, sentires y pensares con las que fueron construidas, compartidas y que a partir de estas los artistas hacen pedagogía a las y los niños, jóvenes y adultos para que puedan sentir otras formas de aprendizaje y expresar su sentir.
El agua se esfumó y apreció el sol, que acompañó el traslado de zona hasta la alpujarra, para que estas y estos gobernantes se dieran cuenta y llegaran a apoyar esta causa. Dentro de la alpujarra siguieron las pedagogías y actividades, sumándose el circo con los malabares, las y los sikuris, y una pequeña acción en parejas donde una guiaba a la otra para que dejara el cuerpo en una posición y fuera una escultura.
Esta es una de varias acciones que viene haciendo TallerArte, en conjunto con las colectividades que la abrazan. La lucha continúa e insistirán hasta que TallerArte goce de su permanencia en su sede histórica. Entre tanto seguirán gritando: que viva TallerArte, Defendamos la Escultura, y TallerArte Resiste, TallerArte no se va.


















Como siempre: los que gobiernan o dirigen, ven lsa educación como cantidad, nunca como calidad ni contenidos.
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