La lucha imparable de los amigos del río Herradura

Afiche de los amigos de la Herradura

Luz Celina Alcaraz

El consorcio Hidroturbinas Delta s.a y Plyma (Planes y Manejos Ambientales) gestores de la Pequeña Central Hidroeléctrica (P.C.H.) El Remanso, en el Municipio de Abriaquí, han actuado con alevosía. Se ha demostrado que reúnen a los pobladores del área de influencia, les dan información de un proyecto ya realizado por ellos e imponen el futuro plan con veleidades.

En estas convocatorias, como es usual, los pobladores son los convidados de piedra de una empresa que solo piensa en ganancias, la misma que, con artilugios de mago ilusionista, hace aprobar cerrilmente sus proyectos antiecológicos. Esa ha sido la historia: engañan pintando pajaritos de oro a las comunidades y al final el agua se privatiza y las obras prometidas nunca llegan.

Estafados han refrendado con su firma el saqueo y con ello la empresa “cumple los requisitos” ante Corpourabá para que les den la licencia ambiental y así destruir la vida acuática y llenarse de dinero. Al final las comunidades solo ven tubos y muros.

Se rompe la indiferencia

Para fortalecer la unidad popular y organizar el enfrentamiento del saqueo de nuestra biodiversidad, buscamos información sobre las reuniones y las actas de la “socialización” del proyecto El Remanso de Abriaquí, que hizo supuestamente el consorcio Hidroturbinas Delta s.a. y Plyma.

En vista de que la máquina de hacer dinero iba, sí o sí, a hacer la obra, acudimos a Corpourabá Cañasgordas para que nos ayudaran a proteger el río Herradura. La respuesta fue: “No tenemos conocimiento del proyecto; se requieren pruebas técnicas realizadas por un ingeniero ambiental para demostrar la inviabilidad. Si se demuestra técnica y ambientalmente que el río puede con 3 o 4 hidroeléctricas, la ley las autorizará”. Salimos decepcionados.

Empezamos a dialogar con los ribereños y no encontramos en ellos el conocimiento de los daños ambientales, pero sí la idea que la obra traería progreso. Por ello invitamos a muchos pobladores personal y telefónicamente al primer conversatorio; lloviendo y sin luz, llegaron tres personas interesadas en oponerse al confinamiento del río. De esta reunión se concluyó que teníamos que trabajar con los presidentes de las Juntas de Acción Comunal (JAC).

Los invitamos por escrito a participar y a que corroboraran la asistencia con su firma, pues teníamos que darle altura a esta primera citación. Esa misión la realizó un presidente de una JAC que se desplazó pacientemente a las veredas cercanas. Todo esto era muy novedoso para nosotros. Programamos el encuentro y llegaron dos presidentes de las JAC que motivarían después a los habitantes de sus veredas.

¿Qué hacer?

Buscamos asesoría para implementar alguna estrategia de trabajo con las comunidades y nos sugirieron algo muy sabio: “trabajen el presente con la amarga experiencia anterior…” y recurrimos a la historia contemporánea de la construcción, en 2004, de la central La Vuelta de EPM en el río Herradura. Y como las buenas ideas llaman otras mejores, surgió la de llevar información sobre la PCH El Remanso a la misa carismática que se celebraría próximamente. Con el permiso del sacerdote se hizo el conversatorio que denominamos “La prisión de las aguas”. Hablamos de los daños ambientales y el incumplimiento de EPM con la central La Vuelta, que había dejado tan amargo sabor, e invitamos a la lucha por la vida del río Herradura.

Abrimos en wasap el chat Amigos del río Herradura. En este sensibilizamos a sus integrantes con videos del río que muestran el deterioro de su cauce al cual le sumamos mensajes ecológicos, información sobre reuniones y sugerencias. Toda una experiencia comunicacional. Con el ánimo levantado nos reunimos en Abriaquí para organizar la Mesa de Trabajo en defensa de nuestro río; allí expusimos los lineamientos de oposición a la PCH El Remanso. Todo iba bien.

Las imágenes hablan

Un amigo, pintor de Frontino, elaboró el logo para el chat Amigos del río Herradura. Nos dijo: “las personas no leen, ven televisión, todo entra por imágenes”. Hicimos un video que motivó y mostró la realidad ecosistémica del río. Primero, mostramos el río vivo: “Su majestad el río Herradura”. Segundo, mostramos el cauce empedrado y desértico: “El río que nos mataron”.

En las veredas Potreros I, Santa Teresa y La Antigua, se hicieron reuniones centradas en el aprisionamiento y privatización del río. Presentamos el video y conversamos, tras lo cual las comunidades se concientizaron del robo del río, se sensibilizaron del daño ecológico y su reacción fue la defensa de las aguas.

Dardos envenenados y resistencia

La crónica titulada Tres puñaladas mortales al río Herradura de Abriaquí, publicada en El Periódico El Colectivo Nº 49, sacudió a la Administración Municipal de Abriaquí, quien inmediatamente citó a una reunión en la vereda La Nancuí, a la que asistieron el alcalde, la secretaria de gobierno, el personero, el director de la Unidad de Asistencia Agropecuaria (Umata), la promotora de desarrollo y la comunidad. Todos se identificaron con la oposición a la construcción de la central y rechazaron la solicitud de la licencia a Corpourabá, entidad que tiene seis meses para pronunciarse. La relatoría la firmamos todos los presentes.

El 6 de marzo habían notificado a la alcaldía de Abriaquí el auto de inicio del trámite administrativo de Corpourabá para la licencia ambiental solicitada por la Constructora San Blas. Solo contábamos con 10 días hábiles para manifestar nuestra oposición.

Sustentamos jurídicamente las razones sobre los daños ambientales y el no rotundo a la aceptación de la licencia ambiental, y Los amigos del río Herradura iniciamos una firmatón maratónica en Frontino y Abriaquí por el no a la licencia ambiental, la cual fue exitosa y nos demostró a todos que la conciencia de que el río se debe defender de la privatización había alcanzado puerto seguro. Esta muestra de resistencia fue enviada a la oficina Jurídica de Corpourabá con el consecutivo 200-03-50-01-0089-2020 Numeral 5. El término se cumplía el 20 de marzo de 2020.

El 21 de marzo a las 5 pm, en La Nancuí, nos íbamos a reunir con Corpourabá, con la Constructora San Blas sas y EPM: los ribereños llevarían por escrito sus quejas y denuncias, además de pasacalles y carteles, pero se canceló por aquello de la pandemia del Covid-19. La casa de la Cultura de Frontino había elaborado el afiche: “Yo defiendo el Río Herradura”.

Las comunidades despertaron para luchar contra esta injusticia ambiental y exigir su derecho a un ambiente sano. Todos demostramos que seguimos en la lucha vivos y libres como nuestro río Herradura.

Conversatorio en la vereda la Antigua. Foto: Luz Celina Alcaraz

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