Julieta Salom

Hoy el pueblo argentino se encuentra en estado de indecisión, perplejidad, vacilación y todos los sinónimos que se le parezcan. Igualmente, se siente en el fondo de cada uno la esperanza de volver a recuperar la dignidad y un futuro mejor.
El día 11 de agosto de 2019, se llevaron a cabo las ahora históricas Elecciones Primarias, Abiertas y Obligatorias- PASO. En los números resonó la amplia ventaja que Alberto Fernández (el candidato del Frente de Todos), que con un 47,78% terminó consiguiendo la victoria frente a Mauricio Macri, que sacó el 31,79% de los votos.
Después de la rotunda derrota del Macrismo comenzaron a “pasar cosas”, citando al presidente Mauricio Macri. Los obstáculos del principio parecieron marcar un final lleno de inconvenientes. Durante la noche del 11 de agosto, cuando ya habían finalizado los comicios, la demora, la falta de datos en la difusión de los resultados y la intermitencia en la información que detallaba el porcentaje de mesas escrutadas, despertó sospechas e incomodidad en el desempeño de Smartmatic. Sin embargo, la cuestionada firma se jactó de haber entregado en tiempo récord el resultado provisorio de las PASO.
Al despertarnos, al día siguiente del escrutinio, el dólar se disparó a más de 60 pesos, había aumentado un 33,3%. Después de confirmar su amplia derrota en las PASO, y en medio de la inestabilidad económica generada por su gobierno, el presidente responsabilizó a la fórmula Fernández Fernández. Una y otra vez el presidente volvió a marcar: «El mercado hoy dijo que en esa propuesta no confiamos. Ojalá que el kirchnerismo se haga cargo». Confirmó tomar medidas, pero cuando se le pidió aclaración sobre esas medidas concretas para contener la corrida y revertir los efectos negativos sobre la inflación, no pudo darlas. Macri solo atinó a volver a culpar por todo al kirchnerismo y al pueblo por votar a Fernández.
La llegada de Macri al gobierno mostró por primera vez la tendencia de la derecha neoliberal, fenómeno que se fue repitiendo en diferentes países de América Latina, inspiradores de la meritocracia y el individualismo, destruyendo el aparato productivo, perjudicando a las mayorías. Vulnerando todos los derechos del pueblo, implementando un plan económico de endeudamiento, fugas de capitales y desindustrialización. Provocaron la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo, devaluaron tanto los salarios como las jubilaciones, aplicaron ‘tarifazos’ (medidas tomadas por la presidencia de Mauricio Macri para aumentar las tarifas de los servicios públicos, del sector energético y del transporte público), desfinanciaron el sistema de salud, produjeron un feroz ajuste en educación, ciencia y tecnología, también recortaron los programas de niñez, género y discapacidad. Desde la dictadura cívico-militar, nunca un gobierno violentó tanto los derechos humanos como éste.
Macri trató de gobernar haciendo obras públicas con deudas. Pero de lo único que habló realmente fue de autopistas y rutas. Y no se dio cuenta de que en el país hacen falta instituciones y un ajuste estructural: hace falta trabajo de verdad y no solo planes sociales; se requiere una reforma tributaria que baje los impuestos al trabajo y a las empresas. A lo que han llevado las erráticas políticas de Macri es a un estrepitoso fracaso económico, con una recesión económica y una inflación galopante; el desempleo es un problema gigante que el gobierno no sabe cómo lidiar, y el 50% de la población joven se encuentra en la pobreza. Por otra parte, el endeudamiento se hace asfixiante en la medida en que el precio del dólar está por las nubes y no deja de subir: cuando Macri asumió el gobierno el dólar cuesta 10 pesos argentinos y hoy está en más de 45. Todo esto ha generado en la población un creciente sentimiento antimercado. En este momento la situación social es grave, hay mucha demanda social insatisfecha y el gobierno no tiene un peso.
Por eso, durante estos tres años y medio del gobierno Macri ha habido mucha movilización, mucha presencia popular en las calles, protestando por distintos motivos, desde la defensa de los derechos humanos, hasta las “Ni una menos”, pasando por los conflictos laborales y sociales, las luchas contra las reformas laboral y previsional y la emergencia alimentaria. La respuesta del gobierno de Macri fue la represión más violenta de la que se haya visto en los últimos treinta y seis años.
Macri llegó al poder a través de las elecciones y a través de las elecciones se irá, ese es el deseo del pueblo.
Luego de las PASO se respira un aire de esperanza, en donde se garanticen los derechos básicos: a la vivienda, al trabajo genuino, al salario digno, a la jubilación, a la pensión, a la asignación universal por hijo, a la salud, a la educación pública, a la libertad de expresión y a la cultura. Un país para todas y todos en el que no se criminalice la protesta social. Es por esto que exigimos la libertad de las y los presos políticos, y la democratización del poder judicial.
Recuperar la Patria con justicia social, libertad económica y soberanía política, para que vuelvan los días más felices para el pueblo.